Salir viva para contarlo

Read more

Nombre: Sol Marina Crespo

Edad: 26 años

Profesión: Actriz

Lugar de origen: Caimito Alto, Puerto Rico

Perfil Académico: Graduada de Tisch School of the Arts, New York University

Donde vives ahora? West New York, New Jersey

Tiempo en Nueva York: Desde 1998

Créditos: The Back Home Set, Recruit, The Red Rose, The Missteps of a Salsa Dancer, Las Hermanas Mirabal, Salomé (a one-woman show), From Auction Block to Hip Hop, Plátanos & Collared Greens, The Mouse that Roared, Is This Desire?, Camino Real

¿Cuándo decidistes ser actriz?

Yo creo que la actuación me descubrió a mi, y no vice versa. Me acuerdo que cuando estaba en noveno grado, en Puerto Rico, tomé una clase de actuación en el colegio donde estudiaba. Como parte de la calificación final tuvimos que montar un musical para toda la escuela y para mí estar en escena era como transportarme a otra dimensión. Siempre fui super tímida, y la actuación me permitía poder ser otra persona, poder despojarme de mis issues y de mis esqueletos y darle vida a otra persona sin que me juzgaran a mí, porque ya no era Sol Crespo a quién tenían de frente, era a fulana o mengana, otra que no era yo.


¿Qué elementos de tu proceso de formación en NYU fueron cruciales para desarrollar cabalmente tu talento? ¿Qué descubriste de ti misma mientras elaborabas tu arte?

Primero que nada, cuando solicité admisión a NYU, yo desconocía el prestigio de Tisch como escuela de artes. Solicité porque me gusto el programa, porque quería vivir en Nueva York, pero te confieso que no tenía la menor idea de que Tisch era “la escuela” para los que querian estudiar actuación o cine en Estados Unidos. No fue sino hasta que se produjo el proceso de audiciones y entrevistas para poder entrar que caí en cuenta de la importancia del centro y de lo afortunada que yo era de que al menos se me concediera la oportunidad de ser considerada. Ese año (1998) audicionaron 3,000 personas, y solo 300 fueron elegidas. Al estudiar actuación me di cuenta de que habían tantas cosas en mi vida que yo no había procesado, tantos eventos que habían ocurrido durante mi crecimiento en Puerto Rico que yo no había confrontado, y que por lo tanto no había superado. El teatro, sobre todo el teatro experimental, al ser tan fisico, me obligó a salirme de ese cascarón; me obliga a ser vulnerable. Esos años en NYU me sirvieron para lograr exponerme a mi misma a un sinnúmero de complejos y traumas que yo tenía, y que por alguna razón u otra no había externalizado.


Descríbeme la escena teatral latinoamericana en Nueva York…

Es cómico y clichoso, pero en la escena teatral latina en la ciudad todo el mundo se conoce. Yo conozco gente solamente de audiciones; gente con la que jamás he trabajado, con quien únicamente me he topado cuando voy a audicionar para un papel. Aunque la competencia siempre existe, nuestra comunidad actoral se distingue por siempre ser solidaria y calurosa. Existen pocas compañías legítimas de teatro en español o teatro para Latinos. Pregones, Puerto Rican Travelling Theatre y Repertorio Español son tres de ellas.

Hay que continuar trabajando para que el artista Latino se sienta seguro. Sin embargo, reconozco que tengo que explorar otras vertientes, hacer otro tipo de trabajo que no necesariamente tengan que ver con la Latinidad. No quiero desafiliarme de mi gente, pero eventualmente quisiera diversificar mi talento.


¿Te ha tocado rechazar papeles en los que te hubieses tenido que interpretar algún personaje estereotipado?

Sí. Los estereotipos existen porque son basados en ciertas realidades, pero yo tengo que hacer un trabajo con el que me sienta cómoda y tranquila conmigo misma. Entiendo que es necesario y hasta conveniente intepretar papeles que quizás lleven dentro de sí características que distinguen a tal o cual etnicidad porque es más fácil que el público se identifique con el personaje. Al público hay que darle lo que quiere, pero siempre velando que las interpretaciones no se conviertan en una falta de respeto.

¿Cuáles son tus miedos?

Tengo miedo a ser rechazada. Reconozco que dentro del teatro Latino hay ciertas comodidades y ciertas circunstancias que me han hecho destacarme mas aquí que en otros escenarios. Me da miedo ir a castings abiertos, donde citan a todo tipo de etnicidades, porque siento que me salgo de mi “comfort zone.”

¿Te has destacado más en teatro por falta de oportunidades en cine o televisión o porque sientes que ya has creado tu propio nicho en las tablas?

A bit of both. Las oportunidades en todos lados siempre existen. Tengo que trabajar más en aventurarme. En Pregones he encontrado una familia. Me interesa muchísimo el cine. Pero no el cine de Hollywood. Al menos no por ahora. Tengo mucha gente que ha dicho que yo jamás podría vivir en Los Angeles; que es otro “vibe,” una atmósfera frívola que no respeta la intimidad artística. Me muero por hacer cine en México o en España, y aún dentro de Estados Unidos, pero más bien cine de corte independiente, en el que se me permita verdaderamente decir algo a través de mis personajes.

Tampoco eres ajena a las dinticiones y premiaciones…

No, en 2005 me gané un premio HOLA a mejor actriz por mi interpretación de Griseldi en la obra The Misteps of a Salsa Dance, y La Rosa Roja, en la que participé junto al cantante boricua Danny Rivera, recibió doble distinción también con un premio HOLA en 2006 y un ACE en 2005 por mejor producción musical.

Desde hace algún tiempo, ha sido con la compañía de teatro Pregones, en el Bronx,¿Qué has obtenido de la oportunidad de trabajar allí?

Además de trabajo y experiencia, he adquirido carácter y una familia, dos elementos que son esenciales para enfrentarme al maremoto urbano que representa la Gran Manzana y salir viva para contarlo.

¿Qué es lo más que te gusta de Nueva York?

Haciendome eco del cliché, diría que Nueva York me fascina porque es el centro del universo. El insularismo boricua a veces nos incapacita de apreciar la diversidad. Esta ciudad me permite re enamorarme de mi país, amarlo por lo que tiene y aceptarlo por lo que no tiene. Habrán dicho miles de cosas negativas pero, at the end it’s what you make of it, y para un artista, vivir en Nueva York es una bendición. Es más, diría que no sólo vivir en Nueva York, sino vivir Nueva York, respirar la ciudad, tropezarte, pelear y reconciliarte con ella. Aquí te encuentras con gente que no te encontrarías en ninguna otra parte. Por ejemplo, para mí como actriz, viajar en el subway es sublime, no hay mejor escuela que esa. Es todo un “character study.

¿Qué no te gusta?

No me gusta que por el mismo hecho de ser tan cosmopolitas nos creemos con el derecho a juzgar a los demas, de mirar con desden a lo que consideramos inferior.

Planes para los proximos meses….

Por lo pronto sigo con Pregones, tengo trabajo back-to-back con ellos hasta junio. Si Dios quiere, en marzo voy a presentar en Puerto Rico la obra con la que participe junto a Danny Rivera. Regresar a San Juan para actuar junto a él es un sueño, algo sublime. Luego de eso, regreso para montar la obra 365 plays in 365 days en abril. En mayo estaré participando en The Beep y también estaré presentandome junto al elenco de La Rosa Roja en en Festival Internacional de Teatro. Para el Fringe Fest de verano, tengo The Back Home Set, y la película, Surrender que debe estar saliendo para finales de este año o el próximo. Después de ahí ya vere cual será mi proximo escenario.