Expect to find the unexpected in Mexico City (DF) with Marcela Viejo, keyboardist/vocalist of Mexico’s electropop ensemble, Quiero Club. The capital of Mexico is a lively, rich, and diverse place where one is bound to find oddities, novelties, and underground movements of sorts. In this column, Marcela takes you along on her musical quest to find these rare gems and obscure scenes via reviews, interviews, and profiles.
Después de dos años de vivir en la ciudad de México (DF), de caminar por sus calles, y de comer quesadillas de queso, he notado que es un lugar en dónde día a día puedes nutrirte de la información uno busca. Siempre en cada esquina hay un menú de opciones que está ahí esperando a que tu inconsciente elija la opción deseada para continuar el camino. Mientras uno avanza, se recorren millones de mundos y dimensiones con solo escuchar una simple plática en el metro. DF es una ciudad en dónde siempre está expuesta la tentación de gastarse cada minuto de la vida fuera de casa.
La probabilidad de salir a pasear y visitar la galería kurimanzzuto, y toparte inesperadamente con un grupo como Pellejos tocando ahí un miércoles por la tarde — destrozando la sociedad con su música y sus letras crudas –existe. Eso es lo que amo de esta ciudad: la sorpresas que te dá, la diversidad, y las grandes aventuras que uno puede pasar con solo mostrar un poco de disposición ante la vida. Yo no fuí a esta tocada de Pellejos, esta historia la vivió Boscop Benavente (de Quiero Club) y La Pola, su esposa. Después de verlos en vivo en la kurimanzzuto pasaron a saludarme a mi casa que está a la vuelta de la esquina de la galería.
Los dos hablaron maravillas de los rockeros y del show que dieron esa tarde. Como confio en la recomendación de mis amigos — y además el nombre del grupo llamó mi atención — me dediqué a escuchar las canciones y a investigar algo de la historia del grupo chilango. Las voz del vocalista me flechó desde que empezó el primer verso de la canción “El Gas.” Con una voz grave, sentido del humor, atrevida y con mucha personalidad, narran aspectos de la cotidianidad mexicana haciendo coros referentes a la estruendosa tradición de los hombres vendedores del gas que gritan a diario: el gaaaaaaaaaaassssss. Un grito que todos los habitantes del DF conocemos, y a muchos, como dicen los Hombres G, nos ha levantado [de la cama] dando un salto mortal.
UN DÍA ME MIRÉ AL ESPEJO Y EL ESPEJO ME DIJO:
TIENEN QUE LLAMARSE ‘PELLEJOS’ – Mariano Villalobos
La música es sencilla pero psicodélica, un rock sucio de basurero, rudo pero con la escuela del clásico rock ‘n’ roll. Las Guitarras son muy protagonistas y los bajos consistentes. Las letras son discursos escritos por el baterista e interpretados, comprometido con su papel de rockero un descarado y tajante vocalista que nos inspira y nos hace pensar. Sin duda, Los Pellejos disfrutan de tocar, sin pretensiones de nada mas que de viajar tocando, de hacer ruido, de dar misa-musical.
Este pasado junio del 2012, Pellejos lanzaron su primer disco Pellejos con la disquera Terricolas Imbéciles y lo produjo Quique Rangel de Café Tacvba quien ha escuchado al grupo desde sus inicios.
Mariano Villalobos (letras y batería) y Daniel Guzman (bajista) son los fundadores del grupo. Al principio arrancaron con otra alineación, Mariano Villalobos cuenta: “Iniciamos con un puñado de amigos simpatizantes a la música a los cuáles en un lapso de un par de años a aquel puñado de amigos les cayó el guante y a ese puño le sobraron dedos y se los llevó al averno.” Ahora además de los fundadores, está en la guitarra Oscar Garduño, ex-alumno de Daniel en la escuela de artes, La Esmeralda, e Ignacio Perales (también conocido como Nacho, vocalista), ajustador de seguros de día Rockero endemoniado de noche. Esta nueva alineación asegura ser un cuarteto de rockeros con el mismo territorio mental, sin saber si es un trastorno o qué, pero que de sobra saben que están dispuestos a roer el hueso del rock.
Salta a la vista, en este caso al oído, que los Pellejos tienen gran influencia de la ciudad. El DF está presente en su música. Hablan la parte triste y destructiva de la ciudad, de las cantinas, de la gente, del ruido, de la libertad de deambular por las calles de la ciudad, entre otros temas. Pellejos (según Daniel Guzman, bajista de los pellejos) con su música y sus letras: “encaminan al escucha, a imaginar, a ver toda esta cuestión de un sueño o de una pesadilla.”
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