A Propósito de Cuatro Cuentos de Naief Yehya

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El pasado día 23  de enero  tuvo lugar la primera de las varias tertulias literarias que el Instituto Cervantes ha  programado para esta temporada. El autor invitado fue Naief Yehya, escritor mexicano de origen árabe, afincado en N.Y.

El calor de la velada fue creciendo poco a poco a medida los asistentes se acomodaban, servían una copita y tapeaban al sonido de las palabras de Naief, que para este evento, decidió deleitarnos con las lecturas de cuatro cuentos.

Interesado por las relaciones entre cultura y tecnología y la influencia de ésta en el individuo y en la sociedad, es autor de El cuerpo transformado. Cyborgs y nuestra descendencia tecnológica en la realidad  y la ciencia ficción (Paidós, 2001). En este texto, Naief expresa su confianza en que la evolución de la tecnología nos convertirá en organismos artificiales, es decir, que en el futuro las tecnologías nos permitirán dejar de ser mortales. Naief Yehya ejemplifica cómo en el contexto actual los cyborgs, criaturas medio orgánicas medio mecánicas tales como “los corredores sin piernas que emplean prótesis de fibra de carbono y suelas de zapatos tenis, como el Flexfoot, con las que pueden correr a velocidades asombrosas” están por todos lados. Recientemente, la primera cucaracha cyborg ha sido inventada en Japón. Ni siquiera ellas, que resistirían un ataque nuclear, se libran.

Naief, también autor de Guerra y Propaganda , La verdad de la vida en Marte, Historias de Mujeres malas y ha participado en varios libros de cuentos. Periodista y crítico de cine y arte, es colaborador para la revista, Art Nexos, y en el suplemento semanal de, La Jornada, donde estudia los efectos sociales de las nuevas tecnologías, entre otros medios.

Pero volvamos a la velada de la tertulia, en la que Naief Yehya nos leyó cuatro cuentos: El Contingente de los elogios, El Tuco, El rescate de Rashid y  Al respecto de las injurias y la difamación que afecta nuestro gremio. De los cuatro, tengo una anécdota que se refiere a éste último, el cual también es inédito. A esta tertulia asistieron unas 65 personas, la mayoría hispano parlantes, pero no todos, (había un pequeño grupo de “gringos” acumulados en una esquinita cerca de la mesa con las tapas y el vino. Uno se pregunta a quién o qué habían venido a visitar… pues estaban tan cerca de Naief como de la mesa). Una de ellas buscaba un traductor simultáneo y una joven se sentó entre ellos con su vasito de vino. Naief Yehya comenzó a leer un cuento en el que se delibera sobre esos pequeños y desagradables hábitos o manías extravagantes y obsesivas, o anécdotas escatológicas que cada uno tiene y que, al salir a la luz pública, pueden ser consideradas sucias e indignas por los demás. ¿Qué pasa cuando nos definen por ellas?

Es tan simple como llamar al que padece de priapismo “Pitobabeante”, “Nalgas de boa” al que le gusta introducirse roedores por el…, “Lengua de escroto”, “Chava panocha”, etc…Estas sutiles palabras salían disparadas de la boca de Naief a la velocidad de la luz. La joven traducía a la misma velocidad y decía, sin comedirse, lo que venía a su mente. Los gringos se morían de la risa, y pletóricos aplaudieron a Naief, quién sabe lo que entendieron, es lo bueno que da el calor del directo.