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Nacido y Criado

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“Sangre”, dice la letra de la canción que acompaña los créditos que abren la película. Y sangre es lo que no se ve… ni cuando se produce el accidente, ni cuando hay un muerto, ni cuando se pelean, ni cuando disparan. Pero la sangre se percibe. Sangre tienen la madre y el bebé cuando éste nace; sangre tienen una y otra vez los chicos al criarse y tropezarse. Pero sangre es lo que no se ve en Nacido Y Criado (Born And Bred), el cuarto largometraje de Pablo Trapero como escritor, productor y director. Competencia oficial en los festivales internacionales de Toronto, La Habana y Londres, está co-producida por Francia, Chile, Inglaterra y España. Entre ellos se destaca el nombre de Walter Salles, productor de Diarios De Motocicleta y Estación Central. Muy diferente del estilo austero y casi neorrealista de su primer largo del 1999 Mundo Grúa (Crane World), Trapero no se cansa de explorar las distintas posibilidades de hacer cine, y se afirma como uno de los cineastas más importantes de Argentina en los últimos años.

“Nacido y criado” es una frase que se utiliza para describir a alguien que nace y se cría en el mismo lugar, aveces para diferenciar a la gente que nace en un lugar pero se va a vivir a otro. Es una especie de defensa de la identidad. Es exactamente lo que Santiago (Guillermo Pfening) intenta buscar en Comodoro Rivadavia, zona patagónica de Argentina. Luego de sobrevivir a un accidente con el auto en el que viajaban también su esposa Milli (Martina Gusman) y su hija Jose (Victoria Vescio), Santiago viaja a Comodoro. Allí intenta empezar de nuevo, curar las heridas y luchar diariamente contra el tremendo dolor interior y sentimiento de culpa–él manejaba el día del accidente. De Milli y Jose no se sabe nada. Sólo que cada tanto Santiago llama a Buenos Aires para hablar con su hija pero por algún motivo no se la pasan, y le insisten en que vuelva a la casa. Lejos de su estilo de vida donde no le faltaba nada y todo lo hacía la mucama, Santiago se despoja de sus riquezas materiales y espirituales, y se encuentra con sí mismo y un par de amigos de ocasión que se irán convirtiendo en su apoyo más importante: Robert (Federico Esquerro) y el Cacique (Tomás Lipan).

Nacido Y Criado fue recibida por la prensa internacional con aplausos y grandes críticas (el Festival de Londres la definió como obra maestra), pero con opiniones mixtas entre el público: algunos la encontraron aburrida y a veces obvia. No parece ser una película para cualquiera, y no creo que tampoco esto le importe a Trapero. El ritmo lento, sin abrumante acción y repetitivo que suele hacerse presente en las historias ambientadas en el sur del país no puede evitarse aquí, especialmente cuando el recorrido del principal personaje es un viaje interior. Desde esa óptica, esta película encuentra una interesante conexión con El Aura (The Aura), última obra del fallecido Fabián Bielinski. Las actuaciones son precisas, profundas, parejas y bien cuidadas por su director, al igual que la cinematografía de Guillermo Nieto (acompañándolo a Trapero en la mayoría de sus proyectos). También es notable la reaparición en escena de uno de los responsables de la música: Palo Pandolfo, ex Don Cornelio Y Su Zona, quien fue un fugaz pionero en la camada de los rockeros argentinos de los ’80.

Santiago cree que Milli va a dejarlo por otro, Robert cree que Santiago dejó una mujer en Buenos Aires, la gente cree que el Cacique es Mapuche, y las suposiciones se tiñen de hermetismo y una difícil tarea de sobreponerse a un trauma, especialmente cuando no se pide ayuda. La vacía rutina de estos personajes en la tierra de los “zombies” se conmociona cuando Santiago y Robert tienen un trío con Betty–camarera y prostituta del lugar–que termina en violencia e impotencia. Robert no se hace cargo del embarazo de su novia mientras Santiago se desespera por volver a ser padre. El Cacique pierde a su mujer enferma y se hermana con Santiago sin saberlo a través de otra tragedia, la misma noche que sale a engañarla alcoholizado entre las pocas diversiones que provee el lugar. La imagen maravillosa del cortejo fúnebre con dos autos y dos tractores acompañados de las montañas marca la inmensa soledad que se vive en este pueblo, el cual seguramente tiene su encanto aunque no se llega a apreciar.

El silencio de Santiago explota por acumulamiento, y en su catársis pide apoyo. El llamado y la esperanza suenan a espejismo, pero no: el ciclo se cierra. Después del viaje se vuelve al origen, aunque ya nada es lo mismo. Renacido, sangrado y criado nuevamente… Santiago es otro. Trapero también. Algunos detestan el cambio, otros lo adoran. Lo más interesante es que con el cambio llega una madurez que fortalece al cine argentino en este renacimiento de la última década.

Código: BORNA
Martes 1 de Mayo, 6:15pm (AMC 34th Street)
Miércoles 2 de Mayo, 10:45pm (AMC 34th Street)
Jueves 3 de Mayo, 2:30pm (AMC 34th Street)
Viernes 4 de Mayo, 6:oopm (AMC 72nd Street East)