Siempre hay una primera vez. El concierto de los Babasónicos el miércoles 28 de marzo en B.B. Kings fue puro espectáculo. Después de tres años de ausencia, la banda argentina no tuvo que desbocarse demasiado para asombrar a los nuyorquinos. Bastó con la llegada en escena de los rockeros Diego “Uma” Rodríguez y Carca, (bajista que reemplazó a Gabo Manelli quien se había lastimado la espalda) con jeans pegados color blanco, y ahh Adrián Dárgelos Rodríguez con una sonrisa de oreja a oreja y un pantalón al igual blanco solo que tipo Star Wars, botines vikingos, y bolero de lentejuelas negras. ¿Que banda de rock se pone jeans blancos? ¡¿Y sonríe?! Un buen comienzo.
Para una banda con 17 años de trayectoria y ocho discos, que en su país llena estadios a su capacidad y que toca más de 160 shows al año en todo el continente, ¿qué les falta por mostrar? Pues que todavía tienen público por conquistar. Ellos sin alardes en este local bajo tierra de Midtown con poco caché (no es Bowery Ballroom aunque tampoco La Oveja Negra, donde tocaron la última vez) y que estaba a tres cuartos a capacidad, tocaron lo mejor de su repertorio y dejaron que el público decidiese por sí mismo. Este público era mixto (algunos preguntaban si acaso ésta era una banda nueva, otros vinieron a curiosear ya que la entrada era libre de costo), pero muchos—los hard core fans—que no eran solamente argentinos, se apiñaban en las primeras filas. Y los Babas, después de un show “standard” por parte de los músicos del patio, Los Amigos Invisibles, dejaron a muchos con ganas de más.
Empezaron con “Así se habla,” tema que abre su más reciente disco Anoche (Universal, 2005) El showmanship de Dárgelos fue, como es su costumbre, delirante: Miraba fijamente a los ojos a gente del público, tambaleaba el micrófono, se ponía de rodillas al borde del escenario para ser manoseado por todos, saltaba….Antes de terminar la primera canción ya se estaba desabotonando la camiseta. Dárgelos es como un Judy Garland sobre el escenario, coqueto, self-concious, burlón de su rol de cantante, actuando las canciones, sonriéndose de una manera tan plástica y de repente hasta malévola. Su hermano, Diego Uma le alcanzaba actuando mientras cantaba los coros y movía sus hombros fingiendo inocencia al cantar “Y qué”.. Atrás, otro Diego (hay tres en total) Diego “Uma-T” Tuñón, fumaba al teclado y bailaba en trance gozando cada canción (vean pronto nuestra entrevista con Uma T en Remezcla). Diego “Panza” Castellanos el baterista, al igual que Mariano “Roger” Domínguez no hacían muchos gestos—pero no hizo falta—por algo hay 6 integrantes.
Una de las canciones más coreadas fue “Putita” de su disco Infame (Universal, 2003) la cual ni siquiera es una canción típica de rock y los Babasónicos, siempre yendo al revés de los cristianos, la interpretaron dulcemente con múltiples voces en una onda pop y acompañando esa letra de despecho con guitarra acústica. Si fuera más lenta podría ser un bolero. ¿Pero a quién le cantan? A la fama? a la idea de la fama? Y todos los rockeritos cantando en unísono y a todo pulmón:
¿cuál es?
hacerte muy putita, probar tu galletita.
Con toda devoción.
¡Vaya escena! Para el encore ya habían cantado las más populares así que se fueron con “Desfachatados” de Miami (Sony, 1999), un tema de onda country con todo y efectos de caballos galopantes. Siguieron con “Luces” de Anoche y quizás por eso escuchamos a algunos de los integrantes de la banda Brazilian Girls, quienes llegaron tarde y sólo escucharon las últimas dos canciones decir el grupo sonaba “puro Tex-Mex”. También hay una primera vez para los músicos cosmopolitas. Se perdieron de la amplia gama de Babasónicos, la cual que va de la psycodelia y la eletrónica a la chanson sesentera. Lástima que se lo perdieron.
En fin, que los Babasónicos estuvieron hipnotizantes, días después las canciones siguen apareciendo en la mente, dejando rastro y ya se escuchan ecos de experiencias similares de quienes los vieron en Miami y en San Juan, donde se presentaron por primera vez. Felicidades a Jack Daniels, Mercadeo Premier, Batanga, etc. por montar el show. Que se sigan arriesgando con bandas como Zoé y Babasónicos. Estas bandas cuentan con poquísimo apoyo mediático (¡excepto Remezcla!) en este país. Hacer estos conciertos gratis fue un regalo para la multitud de fans que salieron a ver estas bandas sin importarles llegar desvelados al trabajo el día siguiente. Los shows demuestran que sí hay público.