Es una cálida tarde de verano en Santiago de los Caballeros, la segunda ciudad de la República Dominicana y el corazón del Cibao. Empieza a atardecer sobre el día de la familia en El Club de los Choferes — un espacio recreativo para los miembros del sindicato regional de conductores — y parranderos de todas las edades chapotean alegremente en la piscina, además de darlo todo en la pista al innegable galope del merengue típico. Mientras el cartel incluye conjuntos locales y un DJ estruendoso que toca edits de dembow y bachata, la velada finalmente vive su show estelar con la llegada del nuevo fenómeno del merengue, El Rubio Acordeón. Vistiendo unos tenis Jordan amarillos, una gorra de los Chicago Bulls y un cuello cargado de diamantes, el músico es escoltado hasta el escenario por una multitud de guardias y fanáticos, provocando una escena que recuerda a un profeta guiando a los creyentes. Con su acordeón naranja y dorado en la mano y flanqueado por una flota de percusionistas listos para soltar candela, el músico de 25 años nos regaló un espectáculo que pondría incluso al más agnóstico a revisar las escrituras.
Al día siguiente, Remezcla se encontró con El Rubio Acordeón en su finca de cacao, en las afueras de la ciudad de San Francisco de Macorís, donde creció rodeado de caballos, chivos y frondas verdes. Luce fresco, esta vez vestido con una paleta de tonos tierra y una gorra de los Yankees, combinada con un machete y botas de goma apropiadas para el terreno. El éxito ha llegado con recompensas, manteniendo un calendario de actuaciones casi diarias que le ha permitido comprar terrenos vecinos. Es un oportuno recordatorio que el merengue nació y se perfeccionó en los campos dominicanos, y que mientras superestrellas mundiales como Bad Bunny, Karol G, y Rosalía provocan conversación al incursionar en el género, esta música permanece intrínsecamente ligada a la tierra que la vió nacer.
“El Rubio Acordeón viene de un campo muy humilde, trabajando en la agricultura desde niño,” comenta el cantante y multiinstrumentista nacido Enmanuel García. “Mis abuelos me criaron y mis tíos tocaban la güira y la tambora. Cuando cumplí 18 años sentí mi propia vocación por la música, específicamente por la música urbana, pero también por el merengue que nos representa como dominicanos. Mi amor por la música típica me llevó al acordeón, y mientras practicaba, comencé a actuar en eventos alrededor del Cibao. Eventualmente, me mudé a Santiago para sumergirme completamente en el típico y estudiar con Lupe Valerio,” añade, haciendo referencia al maestro acordeonista cuyos aprendices han incluido a El Prodigio y La India Canela.
“Fefita llevó esta música a lo más alto, pero siempre hay nuevas montañas que escalar”.
En una entrevista previa con Remezcla, el ícono del merengue típico Fefita La Grande subrayó la raíz rural y distintivamente no-académica del género, despojándose de los adornos de big band del merengue convencional y reduciéndolo a una santísima trinidad de acordeón, güira y tambora. El Rubio honra estas tradiciones sin miedo a innovar. Su banda en vivo rompe con la austeridad acústica al presentar bajos eléctricos y teclados que amplifican el ritmo de cada espectáculo. También se ha aliado con una generación de estrellas del merengue que cautivan al público más joven en los escenarios y las redes sociales — desde las melodías pegajosas de El Blachy, Rubali Valerio, y Urbanda hasta las reinas de virales del 2023, Nelly Swing y La Inquieta.
El talentoso acordeonista y compositor también cruza líneas de género con facilidad, conectando con la estrella del dembow Chimbala el año pasado para el himno santiaguer “10 Muchacho,” y recientemente colaborando con el dembowsero Lomiiel. En junio, El Rubio lanzó un merengue de calle titulado “Te Mentiría,” cargado de baterías programadas y ukelele, que, según dice, forma parte de un nuevo álbum que traerá híbridos con corridos y cumbia. Pero quizás su colaborador más llamativo hasta el momento es la superestrella del reggaetón Ozuna, quien, después de algunos intercambios de mensajes directos, decidió subirse a “La Propuesta,” un himno de típico escrito por El Rubio e impulsado por las melodías pop del cantante domiboricua.
“Cuando le envié la canción a Ozuna, él solo dijo: ‘Oye papi, esa es, ¡esa es!’”, recuerda El Rubio con una sonrisa. “La hicimos desde el corazón, y fue una gran unión. Pero culturalmente, estos géneros tienen sentido juntos porque pertenecen a la República Dominicana. Llevé ese flow urbano al merengue con los sombreros y los tenis, y funcionó. Los jóvenes y los artistas urbanos han apoyado mucho la música típica y ahora estamos llegando a mucha más gente”.
Con una ola de merengue rejuvenecida, El Rubio Acordeón está listo para llevar la alegría del típico a nivel global. Su agenda de verano está repleta de espectáculos por toda la isla, también anunciando giras por los Estados Unidos y Europa para septiembre y octubre. Si tu ciudad no está en su ruta, sigue al cantante en las redes sociales, donde su irreverente jocosidad y activaciones caritativas profundizan el encanto detrás de su música. La misión del Rubio sigue siendo un equilibrio entre honrar las raíces dominicanas y fomentar la colectividad a las puertas de un nuevo capítulo para el merengue.
“Siempre he mantenido la mano extendida, pero mucha gente en el típico está empezando a verme como competencia”, dice. “No creo que deba ser así. No es necesario comparar quién es más famoso, quién toca más a menudo o quién gana más dinero. Como profesionales, debemos dejar de lado la arrogancia y celebrar este momento para el típico. Creo que [mi éxito] es el primer paso de muchos”.
“Fefita llevó esta música a lo más alto, pero siempre hay nuevas montañas que escalar”.
Créditos:
Por: Richard Villegas (@songmess)
Fotografía: José Rozón (@joserozon)
Director creativo: Alan López (@boncker)
Director de Relaciones con el Talento y Productor Ejecutivo: Joel Moya (@joemoya)
Editora en Jefe: Thatiana Diaz (@thatiana.diaz)
Editora de Música: Alexis Hodoyán-Gastélum (@hoe_doyan)
Manager de Redes Sociales: Alma Sacasa (@alma_sacasa)
Traducción al español: David Taveras (@davidmelaza)
Agradecimiento especial a Dominicana Music Week, José Guillermo Saleta (Saleta Group) & Wilkin Tatis.